Recientemente me he despertado con voces
que anuncian por doquier la legalización de las drogas (“blandas”) y la
prostitución, con alusión a que el PIB se recuperaría entre un 4 y 5 %, creo que
por estupor no he podido seguir atendiendo a lo que la caja tonta con sus
contertulios de programa argumentaban, aun así doy por hecho que se trataría de
un aluvión de necedades políticamente correctas que justificarían la puesta en
marcha de esa idea que hoy día hace crecer la economía. Y es que el concepto de
gobierno hace mucho que cambió, pues el famoso lema “gobierno del pueblo, por
el pueblo y para el pueblo” del célebre Abraham Lincoln se ha sustituido por un
“gobierno de la finanza, por la finanza y para la finanza” que firmaría y
afirmaría el Gran Capital.
No nos engañemos, no son libertades ni
derechos lo que la sociedad globalizadora de este nuevo imperialismo del siglo
XXI (el Imperio de la Alta Finanza) nos está ofreciendo; la legalización de
actividades que sin recelo podríamos llamar de esclavismo sexual —ya que a fin
de cuentas se está poniendo precio a las personas para abusar en muchos casos
sin escrúpulos de ellas— y la legalización del consumo de sustancias que cada
vez más están propiciando el aumento del enfermedades mentales con el paso de
los años, son elementos que nos esclavizan en las redes usurocráticas del Gran
Capital.
Seguimos sin aprender de los errores del
pasado, es más, caemos en la desdicha de volverlos a cometer, a sabiendas de que
grandes sociedades y civilizaciones se hundieron, cayendo en la desgracia y el
pecado del ORO y LA SANGRE.
"—¡Pero qué más da! Si a mí no me molesta,
dejad que hagan lo que quieran—"
Y es que esta máxima, pronunciada miles de
veces al día o quizás millones, es la vanguardia del pensamiento de la sociedad
moderna, que solo con su ego se encamina hacia la destrucción, sin darse cuenta
que cada acción tiene su reacción, cada acto su consecuencia y un “no me
importa” de hoy puede repercutir en un suicidio para el mañana. Pues si algo
enseña la historia, es que los acontecimientos repercuten década tras década,
transcienden mucho más del día a día o mes a mes, siendo ese “ego” que hoy
impera por doquier parte importante del mal del mañana.
La población no observa ni trata con visión
de futuro las acciones políticas que desde los mass
media son transmitidas a modo de lavado cerebral. No somos
estadistas ni nos educan para ello, es más, se nos enseña solamente a servir a
la “diosa finanza”, alabarla y dignificarla como aquel becerro de oro que
ciertos pueblos del desierto idolatraban… pues si algo hay en común entre el
becerro y la finanza es que los poderes fácticos o deidades ocultas tras esas
esencias idolatradas castigan con mano de hierro a todo aquel que no se someta
a ellas.
Nosotros valoramos positiva y negativamente
los acontecimientos históricos que el pasado nos ha dejado; criticamos la
inquisición e idolatramos el modelo democrático ateniense, juzgamos la
conquista de América y condenamos la Guerra Civil Española. Pero seguimos sin
ser conscientes de que ya mismo estamos siendo juzgados y condenados, pues la
historia nos contempla y lo que hoy es presente mañana las generaciones futuras
lo verán como acontecimientos de épocas pasadas.
¿Qué dirán mis biznietos o tataranietos?
—Hubo
una época a comienzos del siglo XXI en que España estaba a la cabeza de Europa en:
tráfico, consumo y legalización de
drogas, prostitución, promoción del aborto, promoción de la homosexualidad,
paro, fomento de ayudas al extra-europeo, abandono escolar, fuga de cerebros,
obesidad infantil, falta de compresión lectora, fomento de la inmigración,
corrupción,… y se decía en aquella época que si no estabas a favor de
promover estas cosas es que no eras moderno, eras políticamente incorrecto y
podías ofender la sensibilidad de los demás, pero lo cierto es que gracias a esa
sociedad que crearon mis bisabuelos hoy día, tras haber transcurrido 4
generaciones, la población nativa española se ha reducido tanto hasta ser
minoría en nuestro propio país, vivimos en un régimen de capitalismo marxista que en su momento promovió la Alta Finanza tomando como modelo a la China
de principios del siglo XXI, nacemos endeudados para morir endeudados heredando
nuestros descendientes deudas al nacer. La esperanza de vida ha bajado y nos encontramos
a la cabeza europea de enfermedades mentales, la inseguridad ciudadana tanto en
robos como violaciones se ha disparado hasta el punto de ser insostenible…
Otro día seguiré escribiendo, la
vista no me permite seguir… la vela de mi candil se apaga… si la economía
hubiese sido un medio y no un fin ahora no estaríamos así.
Carátula de la película "1984" basada en la obra literaria con el mismo nombre del escritor George Orwell.